Un bozal es una cabezada de cuero, cincha o hilo que se utiliza con una cuerda de guía para llevar a un caballo de un lugar a otro. Si eres nuevo en el cuidado equino, es probable que no estés seguro de cómo colocar un bozal. Este proceso es bastante sencillo. Asegúrate de acercarte con cuidado al animal, abrocharle el bozal y verificar que le quede correctamente.
PREPARA EL BOZAL
Prepara el bozal. Antes de comenzar el proceso, es necesario que prepares el bozal. Si el caballo se porta mal, puede ser difícil preparar el bozal en el momento.
Desabrocha la pieza de la coronilla. Esta es la correa del bozal que se ubica detrás de las orejas y que debe tener una hebilla o un broche en algún lugar.
Recorta el bozal a la línea de guía con anticipación. Debes ser capaz de detener al caballo e inmediatamente llevarlo a donde necesita ir. Recorta la línea de guía para formar un anillo en la parte inferior de la muserola. La muserola es la porción de un bozal que se desliza alrededor de la nariz del caballo.[1]
LLAMA AL CABALLO
Llama al caballo. Llámalo cuando te acerques a él. De esta manera, lo alertarás de tu presencia para que sea menos probable que se asuste cuando te le acerques. Puedes llamarlo por su nombre o decirle algo como “¡Voy a entrar!” para hacerle saber que estás entrando en su pasto o casilla.
Acércate con el bozal en la mano izquierda.
Acércate con el bozal en la mano izquierda. Asegúrate de llevar el bozal en la mano izquierda cuando te acerques. Vas a colocárselo al caballo desde el lado izquierdo. Debes asegurarte de que el animal se entere de lo que está sucediendo. Si intentas engañarlo escondiendo el bozal, aprenderá a desconfiar de tus intenciones. Este hecho puede conducir a una mala relación entre el caballo y tú.
Camina lentamente hacia el lado izquierdo del caballo.
Camina lentamente hacia el lado izquierdo del caballo. Al colocarle el bozal, siempre debes acercarte a él desde el lado izquierdo. Los bozales están diseñados para abrocharse a la izquierda. Debes acercarte al animal para que te ubiques cerca de su cabeza en el lado izquierdo de su cuerpo.[2]
Deja que el caballo te olfatee la mano.
Un caballo nervioso puede recibir bocadillos como recompensa si mantiene la calma.
Coloca el bozal en la misma dirección de la cabeza del caballo.
Pasa la línea de guía sobre la cabeza del caballo.
Guía el bozal sobre la nariz y las orejas.
Abrocha el bozal.
Asegúrate de que el bozal no quede demasiado ajustado. Debe quedar lo suficientemente ajustado como para que el caballo no pueda deslizarse fuera de él. Sin embargo, también debe quedar lo suficientemente holgado como para que las correas no se claven en su piel. Si queda demasiado ajustado u holgado, es probable que tengas que utilizar un bozal de diferente tamaño la próxima vez.[8].
Tranquiliza al caballo según sea necesario
Asegúrate de que el bozal se ajuste correctamente.
Puedes medir la cabeza del caballo para conseguir un bozal del tamaño adecuado. Utiliza una cinta métrica y colócala a medio camino entre los pómulos y las fosas nasales del animal. Extiende la cinta hasta el mismo punto al otro lado de la cabeza. Anota esta medida. Este es el tamaño de muserola que vas a necesitar. Si el caballo reacciona mal al uso de una cinta métrica, puedes envolver la cuerda alrededor de la nariz y luego medir la longitud de la cuerda después.[10]
Coloca el extremo de la cinta métrica directamente debajo del pómulo del caballo. Extiende la cinta hasta el pómulo al otro lado de su rostro. Esta medida indica qué tan grande debe ser la pieza de la coronilla que vas a necesitar. Luego, coloca la cinta varios centímetros detrás del ojo del animal y extiéndela cerca de la parte superior de la garganta. Luego, mueve la cinta debajo de la garganta hasta la parte superior de esta sobre el otro lado del rostro. Esta medida muestra cuán grande debe ser la correa de la garganta del bozal. Al igual que con la muserola, puedes utilizar una cuerda si al caballo no le gusta la sensación de una cinta métrica.[11]
Si tienes un caballo con necesidades especiales en cuanto al tamaño, es probable que necesites un tipo particular de bozal. Los caballos de tiro necesitan bozales diseñados específicamente para razas más grandes. Si la cabeza del caballo es estrecha, es probable que tengas que llevar a cabo un proceso de prueba y error. Puedes probar los bozales de una variedad de fabricantes hasta que consigas uno que se ajuste.[12]
Practica las pautas básicas de seguridad.
Nunca dejes que un caballo corra libremente con el bozal puesto, ya que los bozales pueden enredarse en las ramas de los árboles y las cercas, provocando lesiones.
Los bozales de cuero se pueden humedecer y acumular moho con facilidad. Esto puede hacer que se deslicen fácilmente fuera del caballo. Debes limpiarlos con regularidad y guardarlos en un lugar limpio y seco cuando no estén en uso.
Nunca amarres ni enrolles una cuerda de guía alrededor de la cabeza del caballo. Si un caballo se asusta o se enoja, podría provocar lesiones.
Comienza el proceso cuando el caballo aún es joven, si es posible.
Los potros deben ser manejados por personas adultas de inmediato. El objetivo es que los caballos se acostumbren al toque humano lo más tempranamente posible. Trata de colocarle un bozal a un potro dentro de sus primeros días de vida.[13]
Debes colocarle y sacarle el bozal al potro todos los días a medida que crece. El animal comenzará a aceptar el bozal como una parte normal de su vida. En el futuro, aceptará fácilmente que le coloques el bozal cuando sea adulto.[14]
Manipula la cabeza, las orejas y el cuello del caballo.
Recompensa al caballo por permitirte tocarlo. Ofrécele bocadillos (por ejemplo, zanahorias o manzanas) si se mantiene tranquilo mientras lo acaricias.[16]
Háblale con suavidad a medida que avances. Menciónale palabras relajantes para evitar que se ponga nervioso o se moleste.
Preséntale el bozal al caballo.
Esto puede tomarte varios intentos. Si un caballo se inquieta con el bozal sobre su nariz, debes quitárselo. Puedes volver a intentarlo al día siguiente.[18]
Pueden pasar algunos días antes de que logres colocarle el bozal al caballo y abrochárselo correctamente. Esto es normal. Es importante que tengas paciencia y dejes que el caballo trabaje a un ritmo que no lo asuste. Si el caballo desarrolla una aversión al bozal, será aún más difícil que se acostumbre a él.[19]
Practica guiar al caballo.
Practica guiar al caballo. Una vez que se acostumbre al bozal, debes practicar guiarlo. Conecta una cuerda de guía al bozal y comienza las sesiones de práctica.
Durante las primeras sesiones, debes pararte a la derecha del caballo. Jala la cuerda de guía, aplicando presión, para estimular a que el cabello se mueva. Cuando gire la cabeza hacia ti, debes felicitarlo. Debes reforzar el buen comportamiento con bocadillos. Por ejemplo, puedes suministrarle una rodaja de manzana en cuanto gire la cabeza.[20]
Puedes enseñarle al caballo a avanzar jalando el bozal hasta que se mueva. Deja de aplicar presión una vez que el animal dé un paso adelante. Luego, jala el bozal hacia atrás. Cuando el caballo retroceda, debes dejar de aplicar presión. Considera la posibilidad de recompensarlo con alimentos por su buen comportamiento.[21]
Aumenta el trabajo de forma gradual. A medida que el caballo se acostumbre a avanzar y retroceder, haz que camine contigo. Debes avanzar un poco cada día. Por ejemplo, puedes comenzar con cinco pasos. En unos días, debes aumentar esta cantidad a diez pasos. Continúa hasta que el caballo se sienta cómodo caminando contigo mientras trae puesto el bozal.[22]
Evita castigar al caballo.
Evita gritar, azotar o comportarte de manera agresiva con el caballo. El bozal es nuevo y desconocido para el animal, por lo que puede mostrarse asustado. Debes tener paciencia. Si el caballo se porta mal, toma un descanso e inténtalo nuevamente.[23]
Cada lección debe terminar de forma exitosa. Incluso si todo lo que logras hacer es colocarle el bozal sobre la nariz, esto aún se considera una victoria. Si sientes que el caballo se pone tenso o incómodo, debes detenerte.[24]
Advertencias
Ten cuidado al momento de ajustar el bozal para evitar tocarle los ojos al caballo.
Nunca le quites el bozal al caballo en un lugar donde pueda escapar hacia una carretera.